Los tiempos han sido complicados y nos han permitido incumplir con la edición papel del magazín cultural. Por ello hemos decidido editar vía web un material con los contenidos del papel y esperamos en Febrero del 2011 dar cumplimiento a la tarea de edición del material (con agregados),
Aprovechamos por este medio la oportunidad de desearles una muy FELÍZ NAVIDAD y MEJOR AÑO NUEVO.
FELICIDADES, los abrazamos con el corazón!!!

sábado, 4 de diciembre de 2010

GIGGIO EL TAXISTA COMENTA

Desde la ventanilla del patas de goma...

La ciudad presenta nuevamente embotellamientos en distintos lugares. Marchas y contramarchas de distintos sectores están a la órden del día….. y todos los días. De nada vale molestarse ó intentar buscar otro camino. Sólo queda estar allí, ante bocinazos, gente que cruza entre autos inquietos, conductores enrojecidos por la bronca. La radio, noticias de un mundo esquivo a dar soluciones. Esa marea de autos, smog y cólera generalizada lleva mi mirada al cielo en una invocación… Me escapo y pienso…

…baja en el silencio de las sierras, un arroyo entre piedras blanquecinas y sonidos jugueteando en mis oídos…

Y de pronto un bocinazo me vuelve a la realidad… a esta realidad de una sociedad que se aleja cada vez más de los valores, en donde el respeto por el semejante vale poco y cada vez se acentúa más, que tiene miedos de adoptar una posición abierta, pero sujeta a ciertos límites que da la convivencia. Una sociedad donde la autoridad se respeta poco, donde el de arriba empuja siempre hacia abajo al más débil aplicando siempre la “ley del gallinero”. Hacia dónde vamos con todo ésto?.

Valores y autoridad, escasos unos y falta de reconocimiento en otro, en todos los actos y momentos de nuestra cotidianeidad en que vemos reflejadas estas situaciones. En diferentes espacios, en relaciones de distintos órdenes, sociales, culturales… La falta de respeto entre iguales y no tanto, tiene que ver y bastante en la falta de reconocimiento a la autoridad entre padres e hijos, entre socios, en el matrimonio, en las parejas, entre comerciantes, y miles de entres… etcéteras… Un empleador puede dialogar con su empleado viendo siempre el vaso medio vacío ó a la inversa su empleado ve siempre el vaso medio lleno pensando en una determinada situación. No tratan de ajustarse a intentar condicionar la realidad, “el vaso a la mitad”, considerando los valores y la autoridad de cada uno. No, cada posición lleva a más y más distancia, a herir a quién se ve como un contrincante y no como una persona con una óptica diferente y desde el lugar que le corresponde de autoridad y respeto.

Cada uno desde su lugar, y tomando como base la familia, esa pequeña célula insignificante comparada con el todo, pero necesaria, debemos comenzar a pensar en qué es lo que queremos y cómo lo haremos. Que la otra “mitad del vaso” forma parte del engranaje perfecto de la sociedad. Un todo complejo forma la vida en comunidad .

Comprenderlo ,es necesario, para poder así cambiar de actitud. Debemos respetar al otro, en todo sentido, disentir, (si es nuestra la verdad) pero dialogar, nunca confrontar con agresiones innecesarias

Nos debemos conocer, así poder comprender más, debemos recuperar los valores, respetar la autoridad, no ponerla en tela de juicio a cada instante como nos enseñan los dirigentes de turno.

Alguien me trae al infierno de la realidad con un bocinazo, (de la que me doy cuenta… nuevamente me había “escapado”) y estoy aquí en calle Alvear. El gentío no puede cruzar, los autos como fieras inquietas rugiendo a punto de cazar su presa. Algunos caminan viendo la nada entre nubes de humo de combustible quemado y choripaneros en su día festivo ante la falta de inspectores municipales de asamblea, otros conversan animados, se oyen peleas por un roce de coches y gritos, todos metidos en un inmenso fiasco, en una esquina sin salida, llevamos ya quince minutos… y de pronto me escucho decirle a mi pasajero:

__”Pienso, en que distinto sería si respetáramos las normas de tránsito, donde dice no estacionar, no pararse, no colocar balizas y bajar por un trámite, actitud que molesta la circulación. Si respetáramos y quisiéramos la ciudad donde vivimos no molestando a los demás, algo mejoraría nuestro andar ciudadano. Los gobernantes haciendo cumplir las normas haciéndose respetar, y respetando su mandato, pero”…

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